lunes, 1 de octubre de 2007

LA PRIMAVERA Y LAS CRIAS


Encontró una caja con cachorritos?
La gata de la cuadra tuvo cría?

He aquí una guía de Consejos Básicos para ayudarlos a sobrevivir en las horas siguientes, en tanto consigue ayuda.

El caso es muy usual: Con los primeros calorcitos de la primavera las hembras de lo que podríamos llamar “fauna urbana” –gatos y perros de la calle- comienzan a tener crías. En algunos casos, la gata de la cuadra, panzona como cada primavera, desaparece por un par de días y regresa, muerta de hambre, pero delgada. Quienes usualmente la observan saben que en algún lugar del barrio la asustada madre ha parido y guarda su más preciado tesoro en algún hueco a salvo de las inclemencias.

Sí, lo sabemos: gatos y perros de la calle son un tema en sí mismos, y esos problemas se multiplican cuando empiezan a reproducirse. Pero con un mínimo de información y labor en equipo entre las vecindades, todos podemos revertir la historia y trabar una alianza de cooperación mutua entre razas. Le contamos cómo.

De ambas especies, los que mas padecen hostilidad son los felinos de la calle (“gatos urbanos”). El vecino hostil, -tanto en Buenos Aires como NY- manifiesta las mismas quejas: “Hacen pis con olor”, se andan peleando y haciendo escándalo por la noche “… a cada rato andan preñados!

Resulta gracioso –o patético, según como se lo mire- reflexionar sobre el hecho de que dentro de la especie humana también tenemos “manadas salvajes” cuya conducta no difiere mayormente… hordas de menores descontrolados vandalizando las ciudades con la caída del sol. Y en qué se diferencia de ellos el pobre gato de la cuadra? En que seguro no nos va a acorralar en una esquina con un arma. Y más aún, la sola presencia del felino en la cuadra mantiene al vecindario protegido del raterìo -que se zambullirìa en las pilas de bolsas malolientes de basura que quedan regadas en las calles tras el escrutinio del cartonero- entre la hora en que éste pasa y la hora en que el camión de la basura llega.

Volviendo al gato –y mas adelante veremos también, al perro-, estos animalitos a los que el hombre alejó de su origen salvaje para convertirlos en animales de compañía y siglos mas tarde abandonarlos, son un tema que resulta civilizado y evolucionado de ocuparse… bah, como si hicieran falta razones para ejercer un poquito de piedad cada día.

Las molestias que el felino urbano provoca son de fácil solución mediante operativos que en los Estados Unidos se denominan TNR (Castración, Captura y Liberación). En dicho país, la acción la llevan a cabo equipos de trabajo de voluntarios amantes de los animales y el servicio veterinario proveído por el estado. En Buenos Aires, estos operativos se llevan a cabo por el Instituto Pasteur, pero el número de las poblaciones hace que la tarea les sea desbordante. Por ello, grupos voluntarios de diversos movimientos proteccionistas, en conjunto con veterinarios piadosos, llevan a cabo operativos programados, que siguen los protocolos modelo del país del Norte.

De esta manera –capturando, castrando y devolviendo a los animales a su territorio original- se consiguen resultados felices para todas las partes: el gato macho, una vez castrado, cesa en la necesidad biológica de marcar con orín su territorio y de pelear por las noches; la gata castrada deja de parir gatitos. La colonia continúa viviendo pacíficamente, su presencia mantiene a las alimañas alejadas y el número de integrantes de la colonia tiende a mantenerse y reducirse.

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